La artrosis en los perros es una de las enfermedades articulares más frecuentes. Se trata de una alteración crónica, progresiva y limitante de la función de la articulación. Diversas causas provocan pequeños daños en el cartílago y la abrasión y astillamiento de las partículas del cartílago.
Lo más frecuente es que se vean afectadas las articulaciones que soportan la mayor parte del peso del cuerpo. Por ejemplo, codo, hombro, rodilla y cadera. Pero cualquier articulación puede verse afectada por la artrosis.
¿Por qué suele diagnosticarse tan tarde la artrosis en los perros?
Los cambios osteoartríticos en la articulación suelen desarrollarse inicialmente sin limitaciones funcionales y sólo se notan cuando ya están avanzados. Esto se debe a que el cartílago articular no está inervado, es decir, no está atravesado por nervios que emitan una señal de dolor.
Por tanto, tu perro no sentirá dolor en la articulación hasta que se produzca un daño importante en el cartílago e inflamación en la articulación. Una vez que se ha desarrollado la artrosis, ya no puede curarse. Pero la progresión posterior de la artrosis puede retrasarse. Por tanto, la artrosis es una enfermedad crónica.
En la fase avanzada, el cuerpo intenta ayudarse a sí mismo. Se forman los llamados labios conjuntos. Son apéndices óseos que estabilizan y protegen la articulación. Para tu amigo de cuatro patas, significa restricción y dolor en el movimiento.
Los síntomas de la artrosis
Para ayudarte a reconocer precozmente los signos de la artrosis, he recopilado los síntomas más importantes en el artículo de hoy:
Cuando se activa la artrosis, aparecen cinco signos típicos de inflamación. Son calor, dolor, hinchazón, restricción funcional y enrojecimiento.
- Desgana para moverte
- Mordisquear o lamer las articulaciones
- Dolor de arranque y movimiento
- Degradación de la musculatura
- Cojera (intermitente o permanente según la fase)
- Levantarse y acostarse con rigidez
- Marcha rígida
- Rechinamiento articular debido al contacto óseo
- Restricción de movimiento
- Sensibilidad meteorológica
- Sensibilidad táctil
- Cambio de comportamiento social
- Disminución de la alegría de jugar
- El perro ya no quiere saltar al coche o subir escaleras
- Tensión muscular
¿Es ahorrar la solución?
¡No puede ser! Es importante mantener la movilidad de tu perro. De lo contrario, la artrosis de la articulación seguirá avanzando sin obstáculos.
Al mismo tiempo, una buena musculatura es importante para aliviar al máximo las articulaciones de tu perro. Por supuesto, el ejercicio de tu perro debe adaptarse a la enfermedad. Por ejemplo, es mejor dar varios paseos cortos al día. Mediante ejercicios específicos de movimiento activo, también es posible proporcionar a tu perro movilidad y liberarlo del dolor. También puedes apoyarla tomando complementos alimenticios.
Te deseo lo mejor, tu Tina
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