Displasia de cadera en perros
La displasia de cadera (EH) es un mal desarrollo de la articulación de la cadera, en su mayor parte congénito. La cabeza del fémur y el acetábulo no encajan. Suele producirse en ambos lados. Sin embargo, una parte se ve cada vez más afectada.
¿Qué ocurre en la articulación de la cadera?
Para que sepas lo que ocurre en la articulación de la cadera, hagamos un breve viaje por la anatomía. Una articulación está formada por un cóndilo y una cavidad. En una articulación sana de la cadera, la cabeza del fémur está centrada en la cavidad. Forman una articulación estable. En un perro con EH, la cabeza femoral no está suficientemente fijada en la cavidad. La articulación es inestable.
Consecuencias de la EH
Los daños se deben a una carga incorrecta y a la inestabilidad de la articulación. La cápsula articular, los músculos, los tendones y los ligamentos están muy tensos y estirados. La artrosis se desarrolla en las superficies articulares lisas. Como resultado, hay dolor. Además, la columna vertebral puede resultar dañada por una carga incorrecta.
¿Cómo se desarrolla la displasia de cadera? ¿Qué perros están afectados?
En la mayoría de los casos, es genético. En principio, todos los perros pueden verse afectados. Se da sobre todo en pastores alemanes, rottweilers y perros de montaña de Appenzeller. Los labradores o golden retrievers también suelen verse afectados. Del mismo modo, una fractura mal cuidada o una nutrición incorrecta pueden favorecer la EH. El mal uso y la sobrecarga durante el crecimiento también pueden ser un motivo. Además, el desgaste de la articulación relacionado con la edad también puede desencadenar la EH.
¿Cuáles son los síntomas?
Los primeros signos suelen aparecer a una edad temprana. La ausencia de signos no significa que el perro esté «libre de EH». Los signos comunes son el «cojeo del conejo» con las patas traseras, así como un pronunciado balanceo de la cadera. También es posible una marcha tambaleante y oscilante. Muchos perros son sensibles al tacto, muestran cojera y se encorvan. Tienen dificultades para ponerse de pie y evitan saltar. Los músculos de las patas traseras también suelen ser muy débiles. Los perros son sensibles al clima.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento?
Existen diferentes técnicas quirúrgicas. Incluyen la resección de la cabeza femoral y la osteotomía pélvica. Pero también la cirugía del PIN, el levantamiento de la cápsula y la inserción de una articulación artificial de cadera, por nombrar sólo algunos. Todos los procedimientos son más o menos invasivos para tu perro.
Qué puedes hacer para evitar la cirugía
Pueden utilizarse ejercicios específicos para entrenar los músculos de la cadera. Es necesario estabilizar la articulación de la cadera. Alivias su dolor y detienes la progresión de la artrosis. La marcha y la movilidad de tu perro también mejorarán. En consulta con el veterinario, una administración de apoyo de analgésicos y antiinflamatorios puede ayudar (a corto plazo). La acupuntura dorada también ofrece un apoyo muy bueno y a largo plazo contra el dolor. Además, los suplementos dietéticos ayudan.
Un consejo de precaución:
Si tienes un perro joven que va a participar activamente en deportes caninos, es aconsejable hacerle una radiografía previa. Lo mismo se aplica a los perros de servicio y de trabajo. Esto debería ocurrir a una edad temprana (medio año). Esto debe hacerse independientemente de si tu perro va a ser criado.
¿Quieres mantener a tu perro con EH? Entonces te mostraré dos ejercicios eficaces para hacer en mi próximo artículo. Entrenas los músculos, la coordinación y la movilidad de tu perro.
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